vendredi 25 octobre 2024

"En 2007, Washington le declaró la guerra a Rusia” - Paul Craig Roberts

 por Pablo Heraklio Oct 9, 2024

Traducción tarcoteca - At This Time in the World There Is Only One Important Decision Waiting to be Made. "In 2007, Washington Declared War on Russia" - Global Research 4.10.2025 por Paul Craig Roberts


A veces me pregunto si, salvo los neoconservadores [straussianos], que tienen la agenda puesta en ello, no seré la única persona que entiende de qué trata el conflicto de Ucrania.

En 2007, Washington declaró la guerra a Rusia sin anunciarlo.

En 2007, Washington declaró la guerra a Rusia sin anunciarlo. Putin provocó una secreta declaración de guerra de Washington cuando rechazó la hegemonía unipolar de Washington en la Conferencia de Seguridad de Munich.

Primer ataque: Georgia 2008

El primer ataque de Washington se produjo un año después, cuando, mientras Putin estaba distraído en los Juegos Olímpicos de Pekín, Washington envió un ejército georgiano entrenado y equipado por Estados Unidos a Osetia del Sur [provincia de mayoría rusa]. El objetivo no era derrotar militarmente a Rusia, sino que era un riesgo calculado para que Putin diera un paso atrás, y evitara un conflicto militar que Occidente pudiera presentar erróneamente como una restauración del imperio soviético, y permitir que el protectorado ruso fuera absorbido por Georgia. Los neoconservadores estadounidenses estaban jugando, con vidas que no eran las suyas, a que Putin y, por lo tanto Rusia, se debilitarían si cedieran, abriendo así más vías de agresión contra Rusia.

El complot de los neoconservadores contra Putin podría haber funcionado si los invasores georgianos no hubieran matado a los pacificadores rusos. En 2008, Putin intentaba resucitar el orgullo ruso, que se había perdido con el colapso soviético de 1991, y no podía dar la espalda a los soldados rusos muertos en Osetia del Sur. Regresó de China, envió un ejército y aplastó al ejército georgiano entrenado y equipado por EEUU en cinco días.

Toda Georgia, una provincia de la Unión Soviética hasta 1991, estaba en manos de Putin. La propaganda occidental sostiene que Putin es peligroso porque pretende recuperar el imperio soviético. Obviamente, esto es una vil mentira, porque Putin retiró al ejército ruso y dejó a Georgia como un estado independiente.

Segundo ataque: Ucrania 2014

Después del fracaso de los neoconservadores estadounidenses en Osetia del Sur, que caracterizaron erróneamente como una “invasión rusa de Georgia”, los neoconservadores comenzaron a invertir miles de millones de dólares en Ucrania para crear cuadros, ONG y comprar políticos que apoyaran la “Revolución de Maidán”, que fue el derrocamiento por parte de Washington del gobierno democráticamente elegido de Ucrania que vivía en una provechosa paz con Rusia.

Una vez más Putin se mostró distraído, esta vez distraído por los Juegos Olímpicos de Sochi, y esta vez no hizo nada. No está claro por qué Putin permitió que Ucrania se convirtiera en un estado títere de Washington hostil a Rusia y candidato a la OTAN.

El Estado neonazi que Washington creó inició una serie de operaciones contra la población rusa en el Donbás. Se prohibió el uso del idioma ruso. Los rusos fueron abordados y asesinados en las calles por bandas de seguidores de Stepan Bandera (Bandera luchó por la Alemania nazi contra Rusia durante la Segunda Guerra Mundial).

Las partes rusas de Ucrania, el Donbás y Crimea, que Lenin y Jruschov separaron de Rusia, pidieron a Putin que las protegiera readmitiéndolas en Rusia. Putin aceptó la solicitud de Crimea porque la base naval rusa del Mar Negro está en Crimea, pero Putin rechazó las solicitudes del Donbás, que se había formado en dos repúblicas independientes para protegerse de la matanza del ejército ucraniano. A Putin, siempre cauteloso, se le advirtió que si aceptaba el Donbás daría crédito a la propaganda occidental de que Rusia estaba restaurando el Imperio Soviético.

Sin embargo, Putin sabía que tenía que hacer algo para proteger a los rusos del Donbás [el gobierno de Kiev dispuso baterías de cañones en el perímetro de la región, el 5 de agosto comenzaron a disparar, dando inicio oficial al conflicto]. Ideó el Prococolo de Minsk. El Acuerdo de Minsk mantuvo al Donbass como parte de Ucrania, pero le dio al territorio cierta autonomía, como su propia policía y tribunales, para evitar la persecución por parte del títere de Washington en Kiev.

Kiev y las dos repúblicas del Donbás firmaron el acuerdo de Minsk, y Alemania y Francia prometieron hacerlo cumplir. Putin, que creía que Occidente tenía integridad, fue engañado. Tanto la canciller alemana [Merkel] como el presidente francés [Hollande] admitieron públicamente más tarde que engañaron a Putin durante 8 años mientras Washington construía y equipaba un fuerte ejército ucraniano capaz de conquistar las 2 repúblicas separatistas del Donbás.

2021: Putin sin margen de maniobra

Cuando durante diciembre de 2021 y febrero de 2022 los esfuerzos de Putin y Lavrov por lograr un acuerdo de defensa mutua entre Rusia y Occidente se encontraron con una extrema frialdad por parte de Washington, la OTAN y la Unión Europea, Putin se encontró con un gran ejército ucraniano a punto de invadir las repúblicas del Donbás. Las falsas esperanzas de Putin y su creencia errónea en la integridad de Occidente lo dejaron sin preparación, pero se vio obligado a intervenir y Rusia, debido a su falta de preparación, se vio obligada a confiar en una pequeña fuerza militar privada, el Grupo Wagner. Como Putin no se había preparado para el conflicto evidente que se le presentaba, limitó su intervención en el Donbass a despejar de tropas ucranianas, no a imponerse rápidamente en el conflicto. El largo conflicto ha dado a Occidente 2 años y 8 meses para involucrarse y ampliar el conflicto.

Como Putin nunca hizo cumplir ninguna de las líneas rojas anunciadas, no tiene credibilidad en Occidente. Recientemente, el Secretario General de la OTAN dijo que la OTAN no presta atención a Putin, porque habla pero nunca hace nada.

En consecuencia, el mundo ha llegado al punto preciso que dije que se alcanzaría. Putin ha retrocedido tanto que no tiene más margen de maniobra. Está entre la espada y la pared. La OTAN, el Primer Ministro británico y los neoconservadores están presionando a Washington para que dé luz verde a los Estados Unidos y la OTAN para que disparen misiles contra Rusia desde territorio ucraniano.

La hora de la verdad

Comprendan que Ucrania no tiene la capacidad ni los sistemas de localización por satélite para disparar los misiles. Un ataque con misiles contra Rusia ya no puede caracterizarse como una “guerra por delegación”. El propio Putin lo ha dejado claro. Putin dijo que el lanzamiento de misiles contra Rusia significa que Estados Unidos y la OTAN están en guerra con Rusia y que Rusia se reserva el derecho de responder con armas nucleares.

Se avecina una crisis. La única decisión relevante en el mundo en este momento es si Washington cree que Putin habla en serio o si Putin es tan reacio a la guerra que no cumplirá de su amenaza para evitar un conflicto más amplio que involucre armas nucleares.

¿Cuál es la agenda detrás de esta crisis? Los neoconservadores creen que Putin es tan reacio a la guerra que se apartará y sacrificará algunos de sus objetivos declarados de su Operación Militar Especial por la paz para evitar la guerra más amplia que resultaría de la respuesta de Rusia a los ataques con misiles contra Rusia.

Una respuesta de ese tipo de Putin, creen los neoconservadores, debilitaría a Putin en Rusia, tanto ante el pueblo como ante los militares. El pueblo se preguntaría el significado de los sacrificios y las vidas perdidas por el hecho de renunciar a los objetivos. Los militares dirían, como ya lo ha hecho el almirante Avakyant, que si Putin se retira, “la presión sobre Rusia por parte de sus adversarios históricos no hará más que aumentar y el proceso de escalada entrará en una fase irreversible. Los enormes recursos que se invierten actualmente en la guerra indirecta del Occidente colectivo contra nuestro país se redirigirán a la financiación de todas las fuerzas destructivas y antiestatales (el separatismo regional, la “lucha contra el régimen corrupto y podrido”, la “promoción de las libertades y los valores universales”, etc.). Varios Estados “históricamente ofendidos” por nuestro país comenzarán a presentar reivindicaciones territoriales contra Rusia por todos lados”.

En otras palabras, Putin podría perder apoyo y el gobierno ruso podría volverse menos estable.

El objetivo de los neoconservadores es desestabilizar a Putin y a Rusia. Los neoconservadores aprovecharían la desestabilización para alentar a las diversas etnias que componen la Federación Rusa a que se desmembren. El objetivo de Washington es una Federación Rusa desmembrada en sus partes constituyentes con muchos países en el lugar de Rusia.

La desmembración de Rusia por parte de Washington comenzó en 1991 con el colapso soviético. Vastas áreas de Rusia le fueron arrebatadas: Ucrania, Bielorrusia, Georgia, Armenia, Azerbaiyán y Asia Central que se extienden desde el Mar Caspio en Occidente hasta las fronteras de China, una enorme área que abarca Kazajstán, Uzbekistán, Kirguistán, Tayikistán y Turkmenistán. Sólo quedó la Federación Rusa, una colección de etnias. Al igual que el mundo occidental, Rusia en sí misma es una torre de Babel, sólo que a diferencia de Occidente, en Rusia el énfasis está en la unidad en lugar de la división.

Los neoconservadores creen que si Putin, para evitar una guerra más amplia, reduce sus exigencias a Ucrania, se lo puede pintar como un perdedor, desacreditarlo, socavarlo, y Rusia con él.

Hay una sola cuestión y una sola decisión: ¿Washington cree a Putin o no? 
-Si Washington cree a Putin, Washington no enviará misiles a Rusia. 
-Si Washington no cree a Putin, está a punto de estallar una Tercera Guerra Mundial a menos que Putin se rinda.

Sospecho que se trata de una decisión constantemente demorada. 

Oriente Medio es otra vía de ataque a Rusia. La ausencia de un tratado de defensa mutua entre Rusia, China e Irán deja a Irán expuesto a un ataque estadounidense/israelí. Existe la posibilidad de que la guerra de Israel con Hezbolá conduzca a un ataque conjunto de Israel y Estados Unidos contra Irán. Esto podría dañar el prestigio de Rusia, y la propaganda occidental lo presentaría como una derrota rusa.

Como Washington y Rusia no se están hablando, poco se puede hacer para aliviar la tensión. La agenda hegemónica de los neoconservadores ha producido una situación más peligrosa que la Crisis de los Misiles de Cuba, y Washington no ha actuado en la dirección de desactivarla.