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vendredi 19 juillet 2024

París 2024, los primeros Juegos Olímpicos vigilados por inteligencia artificial

 Los Juegos Olímpicos que comienzan el próximo 26 de julio en París serán los primeros de la historia con un sistema de videovigilancia vinculado a gigantescas bases de datos, algoritmos desarrollados por inteligencia artificial y con posibilidad de reconocimiento facial. En busca de la seguridad se abre paso una nueva forma de control individual y colectivo con una capacidad sin precedentes.

Un hombre de mediana edad pasea por los alrededores del estadio en el que se están celebrando las pruebas de atletismo de los Juegos Olímpicos. Fuera todo está tranquilo, sólo se oyen los ecos de los aplausos convertidos en murmullos cuando algún saltador consigue superar el listón, al finalizar una carrera o cuando aparece en las pantallas alguna de las estrellas que competirán esa tarde.

Hasta que tres coches de Policía llegan a toda velocidad, le cortan el paso al hombre y le detienen en apenas unos segundos. Una cámara le ha grabado y un algoritmo ha dado la voz de alarma: habrá hecho algún movimiento inesperado, hay cerca algún objeto abandonado, hay una concentración de personas “no prevista”. O quizás se parece mucho a alguien que participó hace unos meses en una protesta contra el ataque a Gaza y arrojó una botella a la Policía… En un centro de mandos alguien ve la alarma, le da cierta verosimilitud y manda la orden a las patrullas más cercanas.

Represión de la protesta en Francia

No, no se trata de una escena de una serie futurista, sino que es algo que podría suceder en apenas unos días durante los Juegos Olímpicos que se celebrarán en París y otras localidades francesas. Este será el primer evento de alcance mundial bajo un sistema de videovigilancia algorítmica, conocida como VSA por sus siglas en inglés.

Así, está previsto que se unan más de 400 cámaras en los accesos a estadios, calles y transportes cercanos, a las 4.000 que ya operan en París, con el objetivo de que la seguridad tenga los menos puntos ciegos posibles durante la competición deportiva más seguida del planeta, y que está previsto que visiten alrededor de un millón y medio de turistas.

Pero lo novedoso de este sistema no está en el número de cámaras, sino en qué pasará después con lo que graben muchas de ellas. El Gobierno francés ha contratado a cuatro empresas (Videtics, Orange Business, ChapsVision and Wintics) para que sus algoritmos analicen las imágenes y puedan alertar sobre posibles atentados, agresiones, infracciones de tráfico, aglomeraciones peligrosas… El Ministerio del Interior galo defiende que todo el sistema busca únicamente la seguridad, que se respetarán los derechos fundamentales y -punto clave- que no se realizará el reconocimiento facial de las personas grabadas.

«Intrusivo y desproporcionado»

Por el contrario, 38 organizaciones de la sociedad civil en Francia alertaron de que las medidas que se pondrán en marcha son contrarias al derecho internacional y calificaron el dispositivo como “intrusivo” y “desproporcionado”.

Desde Barcelona, Felip Daza, investigador del Observatorio de Derechos Humanos y Empresas en el Mediterráneo (ODHE) señala que estos sistemas llegan a reconocer las emociones, son “muy invasivos” y “potencialmente vulneradores” de derechos como la privacidad, la libertad de expresión, y los derechos de reunión y no discriminación.

Daza apunta que está demostrado que ser grabado por cámaras de seguridad cambia el comportamiento de las personas en la calle, y que este dispositivo sin precedentes se pone en marcha en un contexto de represión de la protesta en el país, sobre todo ante las manifestaciones de los chalecos amarillos y contra los ataques a Gaza.

Ni el Comité Olímpico Español ni el internacional han querido responder a este medio sobre las dudas que plantea el sistema VSA que se empleará en los Juegos Olímpicos.

Peligros y precedentes: convertirnos en “carnets de identidad andantes”

Aunque el Gobierno, la Policía francesa y las empresas contratadas reiteran que las cámaras no estarán dotadas de reconocimiento facial, ésta es una línea roja que desde muchas organizaciones creen que puede cruzarse en cualquier momento. “El software que permite la videovigilancia basada en la inteligencia artificial puede permitir fácilmente el reconocimiento facial. Es simplemente una opción de configuración”, sostiene Katia Roux, especialista de tecnología de Amnistía Internacional en Francia.

Más allá de la posibilidad técnica, lo cierto es que Francia ya ha desarrollado el reconocimiento facial y sistemas “predictivos” en numerosas localidades, según el mapeo de la plataforma Tecnopolice. También resulta controvertida la presencia en más de 200 localidades francesas de las cámaras de Briefcam, una empresa de origen israelí.

Organizaciones francesas han denunciado durante años que su sistema de VSA permite activar el reconocimiento facial en apenas unos clicks, tal y como puede verse en su propio manual de instrucciones. Actualmente, Briefcam también ofrece sus sistemas de vigilancia en numerosos barrios palestinos de la Cisjordania ocupada, de acuerdo a las investigaciones de Who profits.

‘Safe city’

Niza sería el máximo exponente de la idea de la safe city (ciudad segura) gracias a la videovigilancia combinada entre cámaras en espacios públicos, drones y las propias patrullas de policía. Todas esas imágenes se envían a una base de datos, donde un programa dotado de reconocimiento facial pone a trabajar algoritmos desarrollados por inteligencia artificial comparándolos con bases de datos descomunales.

Y ahí es donde radica otro de los problemas: las organizaciones contrarias a estos dispositivos señalan que, al ser alimentados por las informaciones policiales, los “prejuicios humanos” sobre etnia, color de piel, barrio de residencia, etc. se trasladan a esos algoritmos dando pie a una discriminación de forma automatizada. Es decir, que al supuesto señor al que le sorprenderá la patrulla fuera del estadio tiene muchas más posibilidades de tener la piel oscura y determinada vestimenta…

Sobre esta capacidad de control sin precedentes, organizaciones policiales como Scotland Yard aseguran que su uso supone un ‘antes y después’ en la eficacia contra la lucha contra la delincuencia. Mientras, desde la organización inglesa Big Brother Watch consideran que “nos convierten en carnets de identidad andantes”.

Una excepción donde cabe todo

Francia autorizó la videovigilancia en 2019, pero no fue hasta la primavera de 2023 cuando el Parlamento francés dio luz verde a incorporar la inteligencia artificial en los sistemas de seguridad de forma experimental. Los Juegos Olímpicos se convertirán así en una suerte de laboratorio donde comprobar estos sistemas, y para ello han aprobado una ley que permitiría hasta 2025 el uso del reconocimiento facial (ese que aseguran que no van a utilizar), siempre que sea bajo el marco de “seguridad nacional”. Una excepción que las organizaciones contrarias a estos sistemas temen que se convierta en costumbre.

Además, la excepción de la seguridad es lo que permitiría a Francia no ir en contra de las leyes de la Unión Europea. Porque si en un principio la normativa comunitaria prohibió cualquier tecnología de vigilancia masiva a través de inteligencia artificial, en diciembre de 2023 abrió la puerta a su uso por ese motivo. “La UE cada vez se escuda más en la priorización de la seguridad y todo apunta al uso de este tipo de vigilancia de manera permanente”, lamenta Carlos de las Heras, portavoz de Amnistía Internacional en España.

No sólo en Francia

Por supuesto, esta cuestión no es algo exclusivo de Francia o la Unión Europea, y en otros países como Reino Unido, China, Rusia o Brasil ya han puesto en marcha sistemas de vigilancia basada en algoritmos y con capacidad de identificación individual. De hecho, Heras recuerda que el reconocimiento facial ya se puso en marcha en Estados Unidos durante las protestas del Black Lives Matter para identificar a manifestantes pacíficos.

Al mismo tiempo, subraya que el uso de esta tecnología puede desembocar en la elaboración de perfiles basados en la etnia o el origen nacional “extremadamente discriminatorios” y tienen un posible “efecto de autocensura” que haga que muchas personas dejen de participar en cualquier protesta por miedo a las consecuencias derivadas de su identificación.

Por su parte el investigador de ODHE, Carlos Díaz adelanta que “estos Juegos Olímpicos van a ser un proceso de no retorno. Se pondrán en marcha sistemas de vigilancia muy sofisticados que han venido para quedarse”. En las próximas semanas veremos qué deportistas consiguen hacerse con una medalla en los Juegos de París, y quizás en algo más de tiempo sepamos cómo la cita olímpica cambió para siempre la forma en que los Estados enfrentan a las amenazas a su seguridad, y al mismo tienen también capacidad para vigilar y reprimir cualquier forma de protesta.

jeudi 18 juillet 2024

Les balles du 14 juillet 1953

 

Synopsis

 


Le 14 juillet 1953, un drame terrible s’est déroulé en plein Paris. Au moment de la dislocation d’une manifestation en l’honneur de la Révolution Française, la police parisienne a chargé un cortège de manifestants algériens. Sept personnes (6 Algériens et un Français) ont été tuées et une centaine de manifestants ont été blessés et plus de quarante par balles. Un vrai carnage. Cette histoire est quasiment inconnue. Pratiquement personne n’est au courant de son existence. Comme si une page d’histoire avait été déchirée et mise à la poubelle. En France comme en Algérie.

Ce film, est l’histoire d’une longue enquête contre l’amnésie. Enquête au jour le jour, pour retrouver des témoins, pour faire parler les historiens, pour reprendre les informations dans les journaux de l’époque, dans les archives et autres centres de documentation afin de reconstituer au mieux le déroulement de ce drame mais aussi pour comprendre comment ce mensonge d’État a si bien fonctionné.

Avant que les derniers témoins ne disparaissent, il est temps que l’histoire de ce massacre sorte de l’oubli.

Réalisation Kupferstein Daniel 

https://www.cinemutins.com/les-balles-du-14-juillet-1953

 

Et aussi le 7 octobre 1961, le 8 février 1962..
 

 

mardi 12 mars 2024

Trailer: Wheel of ashes ( Peter Emanuel Goldman, USA-France, 1970)


 À Saint-Germain-des-Prés, l'errance d'un homme tiraillé entre quête spirituelle et désir charnel. Traqué par la caméra, Pierre Clémenti, somnambule diaphane et magnétique, vit entièrement son personnage dans un tableau saisissant de Paris à la veille de Mai 68. D'une pureté lyrique, le film, en partie financé par Godard, est le chaînon manquant entre Nouvelle Vague et underground new-yorkais.

Mouais...ça a l'air suffisamment chiant pour se le tartiner en entier.

lundi 26 février 2024

le néoréalisme de Roberto Rossellini et la fin du Paris debordien (note sur le cinéma de déambulation)

    Je n'ai pas trouvé de traces particulières  dans les écrits de Guy Debord sur les films du néoréalisme italien. Bien sûr il y a L'Avventura de Michelangelo Antonioni, sur lequel je reviendrai: un film de déambulation, mais qui marque en 1960 la fin du cycle historique de ce style. 

    Pourtant, le néoréalisme italien me paraît être le cinéma contemporain de sa jeunesse le plus proche du sentiment de dérive. Avec l'avènement de ce style, a lieu ce que Gilles Deleuze appelle la transition de l'image-mouvement à l'image-temps. C'est le genre de cinéma qu'André Bazin appelait dans Qu'est-ce que le cinéma? en 1958 du "cinéma pur" parce que justement il donnait "l'illusion esthétique parfaite de la réalité", en pensant en particulier au Voleur de bicyclette de Vittorio de Sica (1948). 

    Il me semble que c'est parce qu'il rend particulièrement ce sentiment que Debord cite dans une de ses lettres le cinéma de Jean Rouch: " Rouch. Tout à fait en marge du cinéma, mais justement par là l'élargissant considérablement, à partir uniquement de reportages ethnographiques Les Maîtres-Fous et Moi, un noir." (Lettre à Frankin du 7 septembre 1959). 

    À défaut qu'il le cite, c'est sur Roberto Rossellini que je voudrai mettre l'accent. Il mérite d'être tout spécialement mentionné lorsqu'il est question de films de déambulation. "Les choses sont-là, pourquoi les modifier", aimait-il à dire en forme de boutade. Laisser-aller les choses, c'est aussi cela qui se passe lors des dérives, intégralement, partiellement (ou de manière minimale si celui-ci est dialectiquement sous contrôle, orienté par des objectifs comme le retour-sur-expérience utiles à la psychogéographie, et in fine construire l'Urbanisme unitaire).

    Il fut le pionnier du néoréalisme avec Rome, ville ouverte (1946), puis du réalisme méditatif avec Voyage en Italie (1954) et du réalisme historique avec La Prise de pouvoir par Louis XIV - trois ruptures décisives par lesquelles il a ouvert la voie. J'ai envie de dire qu'il la ferme aussi en un lieu précis, Paris, avec son dernier film en 1977, fait pour la télévision, Beaubourg, centre d'art et de culture Georges Pompidou. Il ne s'agit pas juste decla clôture finale de son œuvre, c'est aussi d'un point de vue debordien la vision d'une fin de Paris: le crépuscule de celle qui fut la ville de naissance de la psychogéographie et de la dérive; laissant en quelque sorte ces définitions seules, orphelines, face au décor initial détruit. Le centre d'art Beaubourg, qui se lève sur le plateau Beaubourg, était censé dans la décennie 1970 redonner du lustre à la capitale déchue de l'art, supplantée par New-York dans la décennie précédente. Il ne fera que confirmer la relégation, un trophée de consolation pour ce que l'on appellera bientôt la "classe créative". C'est la fin du Paris historique de la dérive, c'est-à-dire du théâtre grandeur nature de la lutte des classes, avec justement l'expulsion des classes populaires vers les banlieues. Tout proche de là, le transfert des Halles, le ventre de Paris, à Rungis, est un événement majeur: ressenti comme la plus grande amputation de cette période. Sans ce substrat populaire, survient la grande coupure du Je artiste et du Nous prolétarien (coagulés durant la Guerre de 1914-1918). On pourra désormais réélire un maire de Paris au suffrage universel (le danger communard est définitivement écarté) et faire de l'art conceptuel. Par contre plus personne ne chantera Paris.

   

 

    En 1977, le Centre Pompidou ouvre donc ses portes. Le tournage s’étale du mois de janvier à mai 1977. Le film ne comporte aucun commentaire. Témoigne seule la réalité sonore du lieu. C'est ce contact du public confronté directement à l'art contemporain, dans sa spontanéité et sa sincérité, que Rossellini veut saisir. Pour cela, il adopte un principe de déambulation qui lui est cher et lui permet d'accumuler les observations. "Il ne s'arrête pas aux œuvres, commente Alain ­Bergala, ce qui l'intéresse, c'est le rapport du public aux œuvres." D'où parfois un côté Tati, ­cocasse, car le public n'a pas encore appris à révérer l'art contemporain. Et un intérêt sociologique certain.

    "Beaubourg est un phénomène important" déclarait Roberto Rossellini à Ecran 77. "J’ai regardé le phénomène. (…) Je n’ai utilisé dans le film ni musique ni narrateur. J’ai voulu montrer Beaubourg. J’ai caché des dizaines de micros et j’ai recueilli toutes les voix du public qui court en masse à Beaubourg."

    Conscient de l’importance historique du moment, le producteur Jacques Grandclaude propose à Rossellini de le filmer pas à pas, plan par plan, durant toute la réalisation du film. Convaincu par cette démarche qu’il qualifia en souriant "d’entomologiste", celui qui n’avait jamais accepté qu’on le filme de cette manière, devenait l’acteur principal d’une "leçon de cinéma". Voir le film Rossellini au travail