Bruno Taut, Arquitectura en los Alpes, vista desde el Monte
Generoso, 1919
El dibujo aparece en Alpine Architektur,
un libro de Bruno Taut en el que expone su proyecto utópico
para construir una ciudad en los Alpes. Ésta es la vista
desde el Monte Generoso (lámina 17). Arquitectura
alpina era un proyecto libre, resuelto sin restricciones
aparentes, sin limitaciones por cuestiones de lugar, material
o economía. Eran casas de cristal en lo alto de las montañas,
diseñadas sólo para la contemplación silenciosa,
junto a lagos que reflejaban los edificios y el brillo centelleante
del Sol. Son edificios que han de ser construidos por la comunidad
de sus habitantes, tal como se entendía que habían
sido construidas las catedrales de la Edad Media. Una visión
fantástica de construcción de templos de cristal
en los Alpes. En su exposición incorpora ideas de transparencia,
transformación, movimiento, nociones de cambio constante
y de disolución. El proyecto no tiene una justificación
utilitaria, es claramente una reacción contra la industria.
Su única utilidad era construir y dar paz. En una parte
del libro se dice,
¡PUEBLOS DE EUROPA!
¡CREAD
PARA VOSOTROS POSESIONES SAGRADAS - CONSTRUID!
. . . . . . . . . . . . . . . .
El Monte Rosa y sus estribaciones hasta las verdes llanuras han
de ser reconstruidos.
¡Sí, ineficaz y sin utilidad! ¿Pero hemos
llegado a ser felices con la utilidad?
¡Siempre utilidad y utilidad, comodidad, conveniencia -
buena comida, cultura - cuchillo, tenedor, trenes, lavabos e incluso
también-
cañones, bombas, instrumentos de asesinato!
Querer solamente lo utilitario y confortable sin ideales más
altos es aburrimiento.
El aburrimiento trae pelea, lucha y guerra...
Predica la idea social...
Ocupa a las masas en una gran tarea, que satisfaga a todo el mundo,
del más humilde al principal ... Cada uno ve en la gran
comunidad
claramente el trabajo de sus propias manos: cada uno
construye -
en el verdadero sentido...
(Taut, Alpine
Architektur, lámina 16);
El proyecto hay que entenderlo como una reacción a los
procesos que habían conducido a la Primera Guerra Mundial
y a la situación que había quedado tras ella. Parte
del convencimiento de que las grandes aglomeraciones industriales
perpetúan el viejo orden social y tienen que reemplazarse
por una forma descentralizada de comunidad, siguiendo las ideas
que, antes de la guerra, habían tenido aceptación
en círculos socialistas. Los Alpes era un lugar suficientemente
lejano como para construir una nueva sociedad. Aquí el
cristal, la transparencia y la flexibilidad significan una sociedad
purificada y cambiada. Una reacción contra los efectos
devastadores de la guerra. El proyecto era una utopía y
Taut nunca creyó que se fuera que ejecutar.
Años antes, en 1912, Taut había conocido a Paul
Scheerbart, un escritor visionario de novelas e historias cortas
que describía una arquitectura de cristal, de casas móviles,
que rotan, y edificios que pueden subir y bajar, estructuras que
flotan y se transportan por el aire, e incluso de ciudades sobre
ruedas. En 1914 publicó el libro Glasarchitektur
(Arquitectura de cristal), que
dedicó a Taut. La Alpine Architektur
de Taut era también un homenaje a Scheerbart, que había
muerto en 1915.
Es una arquitectura de cristal pero también de luz, a
la vista de la luz que emana de esta arquitectura. Esta imagen
luminosa aparece también en otros dibujos de Taut.
Éste es un cuadro de Giacomo Balla, Interpenetración
iridiscente radial (Vibraciones
prismáticas), de 1913-14.
Estos proyectos hay que inscribirlos en las actividades del Arbeitsrat
für Kunst (Consejo de Trabajo
para el Arte), que Taut había fundado en 1918, como
un vehículo político con el que esperaba alcanzar
su visión de una nueva armonía social, ordenada
e inspirada por una nueva arquitectura, una nueva obra de arte
total, creada con la participación activa del pueblo. En
el Consejo estaba formado por arquitectos, artistas y críticos
radicales del ámbito berlinés. Entre los arquitectos
estaban Otto Bartning, Walter Gropius, Ludwig Hilberseimer, Hans
y Wassili Luckhardt, Erich Mendelsohn, Adolf Meyer, Hans Poelzig
y Max Taut. Entre los pintores, Lyonel Feininger, Hermann Finsterlin,
Erich Heckel, Käthe Kollwitz, Emil Nolde, Max Pechstein y
Karl Schmidt-Rotluff. Entre los escultores, Rudolph Belling, Georg
Kolbe y Gerhard Marcks. A principios de 1919, Taut dimitió
y asumió la dirección Gropius.
Después de esta fecha, 14 de los miembros del Arbeitsrat
für Kunst iniciaron una especie de correspondencia
utópica sobre la que Taut hizo una sugerencia: "todos
y cada uno de nosotros dibujaremos o anotaremos, con breves intervalos
de tiempo, de manera informal y a medida que el espíritu
nos impulse... las ideas que nos gustaría compartir con
nuestro círculo". Las cartas se conocieron como Die
gläserne Kette (La cadena
de cristal), estaban firmadas con apodos y duraron hasta
diciembre de 1920. Muchas de ellas se publicaron en Frühlicht,
la revista que dirigía Taut.
La iluminación de las montañas era una idea que
estaba también en los escritos de Paul Scheerbart, pero
tiene implicaciones muy anteriores en el tiempo. En la historia
del arte, la luz siempre tuvo un claro significado religioso que
tiene su origen en la Biblia. Su contenido expresivo fue aprovechado
ampliamente durante el barroco, en la pintura, la arquitectura
y la literatura. En el siglo XVII, la luz se relacionó
con el poder, durante el reinado de Luis XV (el Rey
Sol) y, en el siglo XVIII con el conocimiento (el Siglo
de las Luces). La luz de estos dibujos es más la
luz del nacimiento, del deslumbramiento, de la aparición
de una nueva sociedad,... de lo sublime.
Antes de la Primera Guerra Mundial, los futuristas
italianos ya habían adoptado el valor expresivo-simbólico
de la luz.
Este dibujo es una xilografía
de Lyonel Feininger, de 1919, que aparecía en el manifiesto
de la Bauhaus de Weimar. Representa una catedral, de cuyas torres,
que representan la pintura, la escultura y la arquitectura, surge
la luz que se irradia por todas partes. La imagen de la catedral
proviene del libro de Wilhelm Worringer, Problemas
formales del gótico, de 1912, y simboliza la obra
común, de la unión social. Después de la guerra, la luz fue adoptada por la mayoría
de los artistas expresionistas. A la experiencia de Taut se sumaron
después Hans Scharoun, los hermanos Luckhardt y otros.
En su Arquitectura de Cristal,
y en su defensa de la arquitectura de cristal, Paúl Scheerbat
ya insistía en el efecto que su interior iluminado daría
al edificio por la noche. El mismo año Bruno Taut expuso
su Glass House, en la Cologne
Werkbund Exhibition, y decía, en el catálogo
de la exposición, que después del atardecer los
edificios de vidrio se convertían en antorchas incandescentes
sólo con la luz que procedía de su interior.
(Ver la iluminación artificial en
el exterior de los edificios en Georgia O'Keeffe, Iluminación nocturna)
Bibliografía recomendada:
- Dennis Sharp, Modern architecture and expressionism,
Londres, Longmans, 1966.
- Franco Borsi, Architettura dell'espressionismo,
Génova y París, Vitali e Ghianda y Vincent Fréal, 1967.
- Oswald Mathias Ungers, "Tres opiniones sobre el fenómeno
expresionista", Nueva Forma, nº
68 (Sep. 1971), p. 2-5.
- Wolfgang Pehnt, Architecture expressionniste,
París, Hazan, 1998 (original 1973)
- Rosemarie Haag Bletter, "Paul Scheerbart's Architectural Fantasies",
The Journal of the Society of Architectural
Historians, vol. 34, nº 2, 1975, pp. 83-97.
- Tim Benton, Las Raíces del Expresionismo,
Madrid, ADIR, 1983 (original 1977).
- Rosemarie Haag Bletter, "The Interpretation of the Glass Dream-Expressionist
Architecture and the History of the Crystal Metaphor", The Journal
of the Society of Architectural Historians, vol. 40, nº 1,
1981, pp. 20-43.
- Ignasi de Solà-Morales i Rubió, La
Arquitectura del expresionismo, Barcelona, ETSAV, 1982
- Rosemarie Haag Bletter, "Expressionism and the New Objectivity",
Art Journal, vol. 43, nº 2, 1983,
pp. 108-120.
- Wolfgang Pehnt, Expressionist architecture
in drawings, Londres, Thames and Hudson, 1985
- Ada Francesca Marcianò, Hans Scharoun
1893-1972, Roma, Officina Edizioni, 1992.
- Winfried Nerdinguer et alt., Bruno Taut
1880-1938, Milán, Electa, 2001.
© de los textos Francisco Martínez Mindeguía
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